Ciudad de Palma de Mallorca

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Palma de Mallorca es la capital y ciudad más grande de la isla de Mallorca. Ubicada en la costa noroeste, ofrece al visitante una mezcla única de cultura, historia, gastronomía y paisajes mediterráneos.

Con más de 400.000 habitantes, Palma es el corazón económico y administrativo de las Islas Baleares. Sin embargo, aún conserva el encanto de las pequeñas ciudades, con sus calles adoquinadas repletas de tiendas, bares y restaurantes. En el casco antiguo podemos destacar calles como la Calle de Santa Catalina o la Calle de la Unión, donde respirar la esencia más auténtica de Palma.

La gastronomía mallorquina es otro de los grandes atractivos de la ciudad. Destacan los productos del mar, las tapas variadas y dulces típicos como los "gato" o "ensaimadas". Además, Palma ofrece una amplia oferta de restaurantes para todos los gustos.

En cuanto a monumentos y atracciones culturales, la Catedral y la Almudaina son joyas arquitectónicas que no deben perderse. También recomendamos pasear por el puerto y el Paseo del Born para admirar vistas panorámicas.

Finalmente, para alojarse en Palma se pueden encontrar desde hoteles boutique en pleno casco histórico hasta grandes cadenas con todo tipo de servicios, para asegurar una estancia inolvidable explorando la ciudad.

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 El alma de Palma late en sus calles, avenidas y plazas más emblemáticas

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Nada como dejarse envolver por la magia de Palma recorriendo sus vías más características, donde historia y vida urbana se funden en una sola experiencia. Callejear sin rumbo fijo por la ciudad es la mejor manera de adentrarse en su idiosincrasia y comprender qué es lo que hace único a su carácter mediterráneo. 

La Calle de la Unión es el epicentro del comercio tradicional, con sus tiendas de souvenirs y delicatessen invitando a detenerse aunque solo sea un momento. Más al norte, la Avenida de Jaime III conecta el puerto con el casco antiguo, flanqueada de palmeras y monumentos que nos transportan a otra época. Y en el corazón palmesano late con fuerza la Plaza de la Reina, escenario de coloridas ferias y actividades al aire libre.

También es imprescindible descubrir rincones más íntimos como la Plaza del Mercat o la Plaza de Cort, donde el tiempo parece haberse detenido y solo imperan las conversaciones de sus vecinos. Y para admirar las mejores panorámicas, nada como asomarse al mar desde el Muelle Viejo o pasear bajo las sombras centenarias de la Alameda.

Dejarse seducir por las calles de Palma es sumergirse en su esencia mediterránea, impregnada de historias que esperan ser descubiertas con cada paso.

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Las delicias culinarias de Palma

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El paladar también encuentra mucho que descubrir entre los sabores que ofrece Palma. La cocina mallorquina se caracteriza por la calidad de sus productos, fruto de la riqueza de su mar y su tierra. Una parada obligada para los amantes de la gastronomía será el mercado de Santa Catalina, donde encontrar los mejores ingredientes de la isla.

Allí podrás adquirir pescado fresco directamente de los barcos, quesos payeses de sabor intenso y un sinfín de frutas y verduras de temporada. Asimismo, no hay que perderse las tapas y raciones que se sirven en los bares y restaurantes del casco antiguo, desde boquerones fritos hasta albóndigas caseras o tumbet, un platillo típico a base de berenjenas y patatas.

Para los más golosos está el deleite de las pastelerías tradicionales. En Ses Sitges saborean las ensaimadas recién horneadas, esas trenzas dulces típicas de la isla. Y para acompañar, qué mejor que un café con hielo o una granizada de almendras, frutos secos y sirope de goma. El vino de la tierra, sobre todo los tintos jóvenes, también merece una mención especial. Así, a través de sus sabores Palma traslada al visitante a un paraíso mediterráneo.

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 Los enclaves imprescindibles de Palma

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Palma alberga una rica herencia histórica plasmada en monumentos que no pueden quedar fuera de la ruta. Entre ellos, la majestuosa Catedral destaca a simple vista con su fachada de estilo gótico. Una vez dentro, el visitante quedará maravillado con las obras de arte y el ambiente cargado de espiritualidad.

También merece una visita la imponente fortaleza del Castillo de Bellver, construida en época medieval sobre una colina con vistas panorámicas. Desde sus almenas podrás contemplar la ciudad y sus playas. Mientras que el Palacio Real de la Almudaina es el escenario perfecto para trasladarse a la época de los reyes nórdicos a través de sus salones y jardines.

Quienes busquen respirar la historia, encontrarán en la Lonja un excepcional ejemplo del gótico civil mallorquín. Y para admirar el bullicio portuario hay que acercarse al Muelle Viejo, donde barcos de pescadores, yates y pequeños comercios crean una atmósfera única. 

Asimismo, pasear por el Born o el Paseo Marítimo permite disfrutar de la brisa mediterránea y observar a palmesanos y visitantes en sus rutinas. Todos ellos, enclaves que dan forma a la rica identidad de Palma.

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Para alojarse como un palmesano

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Palma ofrece una amplia gama de alojamientos que permitirán a los viajeros vivir la ciudad como uno más. En pleno casco histórico se ubican acogedores hoteles boutique como el Hotel Born, con encanto local y un encantador patio interior.

También hay opciones ideales para familias o grupos como el Catalonia Palacio Belver, con spa y piscina, ubicado estratégicamente cerca de los principales puntos de interés. Mientras, los amantes de la naturaleza podrán hospedarse en el boutique hotel parque Sa Bassa Blanca y desconectar en un oasis mediterráneo.

Por su parte, modernos hoteles de cadenas internacionales como el Melia Palma Marina brindan comodidad y vistas al puerto a un paso del casco histórico. Asimismo, los más aventureros encontrarán albergues juveniles como el YH Palma Centro para conocer la ciudad al ritmo de los lugareños.

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